Rehabilitación de Ligamento Cruzado Anterior con Kettlebell
Te mostramos el estudio de una jugadora de fútbol de la selección danesa y el cambio que supuso la introducción de las pesas rusas en su rehabilitación.
Y te lo explicamos en un vídeo breve, para que sea lo más «digerible» posible. Queremos traer la ciencia al entrenamiento, al alcance de todo el mundo. Te lo ponemos fácil. Aunque te aconsejo que no te pierdas el detalle del texto, vale la pena.
Título del estudio
El déficit de Coordimación Neuromuscular persiste 12 meses después de reconstrucción de Ligamento Cruzado Anterior (LCA), pero puede ser corregido con 6 semanas de entrenamiento de kettlebell. Estudio de caso en una mujer futbolista de élite.
Introducción
Esta jugadora de la selección danesa de fútbol se rompió el ligamento cruzado anterior en el año 2008 y después de 10 meses de rehabilitación supervisada por los servicios médicos de la selección danesa, le dieron el alta para poder volver a jugar al mismo nivel. Ya era APTA para volver a su equipo.
Anteriormente a esa lesión, en un estudio realizado con electromiografía, en el año 2007, ya aparecía como jugadora con perfil alto de riesgo. Lo que se mostraba con tres resultados en la valoración.
- Muy poca preactividad del semitendinoso
- Elevada preactividad del vasto externo
- Diferencia de más del 30% entre semitendinoso y vasto externo
Esos valores demuestran ese desequilibrio muscular, que hace que se encuentre en un perfil de riesgo. Ya lo era en el 2007, un año después tuvo la rotura de LCA y una vez le dan el alta, habiendo hecho toda la rehabilitación con unos medios del máximo nivel, en otra electromiografía, sigue teniendo un perfil de riesgo.
En ese momento, se realiza el entrenamiento con el swing de kettlebell.
¿Qué hacen? La intervención
La jugadora de fútbol realizó 10 sesiones de Swing de kettlebell durante 6 semanas de entrenamiento. Las repartió de la siguiente manera y lo hizo con la siguiente carga:
1ª a 4ª sesión:
3 a 5 series de 20” Swing con 16kg + 20”, recuperando durante 2’.
Es decir, una repeteicón tenía una duración de 2 minutos, en la que hacía 20 segundos de trabajo de swing y 20 segundos de descanso con 16 kg. de peso. Esto lo repitió entre 3 y 5 veces.
5ª a 10ª sesión:
El entrenamiento en estas sesiones fue exactamente el mismo, pero lo realizó con una pesa de 20 kilos.
Hay que destacar que es lo único añadió a su entrenamiento. El resto era lo mismo que estaba haciendo hasta el momento.
¿Por qué un SWING?
No se eligió sin motivo, ya que es uno de los ejercicios que más pueden activar la parte posterior del muslo, y visto la carencia que se había visto en la jugadora, a priori, parecía ideal para ese trabajo.
El swing hecho con la kettlebell es un ejercicio balístico en el que los isquiotibiales reciben más carga externa cuando están estirados (con la cadera flexionada y la rodilla casi extendida).
Justo en ese punto, la articulación de la rodilla adquiere una posición que es muy similar por la angulación, en el momento en el que se produce la rotura del ligamento cruzado anterior. Por tanto, se buscaba fortalecer esa musculatura en una situación por colocación muy parecida a la de competición, en ese punto en el que rompe. Se trata de un ejercicio seguro debido a la posición estable de ambas piernas en el suelo y respeta la articulación de la rodilla ya que no existe impacto.
Resultados
Después del entrenamiento de las 10 sesiones, que se llevó a cabo en 6 semanas se realizó de nuevo una evaluación de la coordinación neuromuscular de la jugadora.
Se demostró:
- La preactividad del semitendinoso se incrmentó del 23 al 61% de su máximo electromiográfico
- La diferencia entre vasto interno y semitendinoso se redujo a enos del 33 por ciento
- Como consecuencia, la jugadora pasó a ser un PERFIL DE BAJO RIESGO
Además, no se observó ningún cambio en el rendimiento funcional de la jugadora, que se midió con la altura máxima de un CMJ, que se mantuvo constante durante todo el periodo de estudio .
Conclusiones
La jugadora rehabilitada de LCA, que mostraba un perfil neuromuscular de alto riesgo, cambió a bajo riesgo después de 10 sesiones de entrenamiento con pesas rusas, realizando el movimiento del swing.
A pesar de ser un estudio de caso es interesante destacar que tras mucho tiempo y tres electromiografías y con muy buenos medios de trabajo, tan sólo cambió su perfil de riesgo tras las 6 semanas de entrenamiento con las kettlebell.
A pesar que los estudios de caso no son generalizables, nos muestra que si el ejercicio se ejecuta correctamente, que implique la musculatura que se quiere hacerlo, en este caso los isquiotibiales, es una herramienta muy válida no sólo para entrenamiento, si no para rehabilitación y readaptación de lesiones en el mundo deporte como puede ser el fútbol y cualquier otro deporte de competición y de alto nivel.